Más allá de la procrastinación, en la cueva de los grandes miedos creativos, se esconde la reina del fracaso y la oscuridad: La resistencia creativa.
Eres escritorx, pero no te sientas a escribir. Eres dibujante, fotógrafx, músicx o empresarix, pero por alguna razón son más tus proyectos a medio terminar, que aquellos que sí logran ver la luz.
Sí, pareciera ser la procrastinación lo que te entrega unas ganas tremendas de barrer la casa entera antes de sentarte a trabajar en tu proyecto, pero este resulta siendo únicamente el síntoma de una enfermedad mucho más grave.
La resistencia creativa es de los mayores bloqueadores de creatividad que te puedas encontrar. Se trata de esa voz en tu cabeza que dice que no eres lo suficientemente buenx, que antes de completar ese proyecto mejor ve a tomarte una cerveza o que para qué intentarlo, si ya todo está hecho…
¿La reconoces?
Lo primero es que no estás solx. La búsqueda de cualquier pulsión creativa se ve obstaculizada por la resistencia.
Aunque ya no vivimos en las cavernas, nuestro cerebro aún piensa mucho como tal y por tanto, decide protegernos del miedo entregándonos estos bloqueos creativos y mentales.
Digamos que alguna vez alguien te hizo sentir vergüenza de tu talento. O quizás, internalizaste sin querer la idea de que lxs artistas son todxs borrachxs, inútiles, se mueren de hambre o quién sabe qué otra tragedia más.
Este tipo de ideas y situaciones son mucho más comunes de lo que parecen y pueden llegar a afectar a nuestro sensible artista interior de maneras fulminantes.
Algunxs, incluso, le tenemos miedo al éxito - nos aterra la idea de ser quienes, en el fondo, sabemos que tenemos el potencial para ser.
¿Por qué? Pues porque ello significaría salir de la zona de confort donde ya tenemos claro cuál será nuestro destino.
Aunque vivimos en un mundo que glorifica el éxito, a la vez vemos cómo este es vapuleado de un lado a otrx. Fíjate todo lo que la gente critica a una mujer exitosa como Madonna, por ejemplo.
Tiene cierta lógica que nuestro cerebrito quiera protegernos de tanta maldad.
La resistencia no es algo externo, ella vive dentro nuestro. Cada acto creativo que venga de nuestro más profundo interior, que no tenga que ver con la gratificación inmediata sino que apunte hacia un crecimiento a largo plazo, se verá amenazado por la resistencia.
Entonces ¿Cómo la vencemos?
Vamos primero a lo práctico y luego, a lo místico.
Lo práctico:
1. Desglosar el gran proyecto
Cuando te enfrentas a un gran proyecto lo normal es sentirse abrumadx, así que empecemos comiéndonos ese elefante un mordisco a la vez.
En una hoja de papel anota como título el nombre de tu proyecto. Más abajo, empieza haciendo una lista de todo aquello que necesitas para llevarlo a cabo.
Como ejemplo, utilizaré uno propio:
Voy Conmigo: El Manual de la Mochilera Latina
Texto final
Edición del texto
Ilustraciones
Diagramación en Indesign
Promo
Venta
Pongámonos aún más específicos y desglosemos cada uno de estos puntos.
Diagramación:
Key visual
Paleta de colores
Crear estilos de texto
Crear páginas maestras
Tabla de contenidos
Introducción
Diagramación por capítulos
Numeración de páginas
hipervínculos
¿Entendiste por dónde voy? Aunque la lista pueda parecer enorme una vez que la termines, al tenerla desglosada y saber paso a paso qué tienes que hacer, se vuelve mucho más sencillo completarla y, por tanto, menos abrumador lograrlo.
Si eres más bien de quienes les gusta las aplicaciones, te recomiendo una que empecé a usar hace poco y se llama Notion. En ella puedes acceder a diversas plantillas para la gestión de proyectos, equipos, listas personales y demás.
2. Organiza tu horario:
¿Cuánto tiempo al día puedes - realistamente - dedicarle a tu proyecto?
Organiza tu horario semanal y agenda sesiones de trabajo con las que realmente puedas cumplir. Recuerda tener en cuenta tus tiempos y necesidades personales. A mí al menos me funciona mucho más la técnica de bloquear secciones de tiempo en las cuales ninguna interrupción es permitida y me enfoco en una sola tarea específica.
Ahora, vamos a…
Lo místico.
1. Reescribe tu historia
Mira hacia atrás e intenta identificar tus bloqueadores de creatividad, todas esas personas que en vez de motivarte te echaron para abajo. Echa cabeza y vete hasta tus primeros recuerdos, seguro que alguien conocidx aparecerá por ahí.
Visualiza cada uno de esos momentos en tu cabeza y elige uno que te haya marcado en particular. Ahora, nos toca reescribir la historia.
En una hoja de papel escribe todo lo que recuerdas de ese momento, e imagina cuál habría sido la respuesta que tu yo empoderadx podría haber dado para defenderse.
Es una historia así que esto puede ser cualquier cosa, desde un comentario súper inteligente que dejara desarmadx y humilladx al ofensor, hasta sacar un machete y cortarle la cabeza (¿o ya me puse muy violenta?). Anota la historia en detalle y reescríbela de manera que seas tú quien vence la batalla.
Una vez terminada, dale una nueva lectura, visualízala en tu cabeza y procede a quemar o romper la hoja en montones de pedacitos.
2. Visualízate
Busca un espacio donde te sientas segurx y tranquilx, enciende una vela, o un incienso que huela rico, siéntate en una posición cómoda y tómate algunos minutos para visualizarte a ti mismx con tu proyecto completado.
¿Cómo se siente? ¿Cómo se ve? Experimenta cada sensación. Si estás escribiendo un libro, huele sus páginas, siente sus hojas. Si estás trabajando en una serie de pinturas, huele el lienzo, míralo ya en exhibición, escucha los aplausos y las felicitaciones.
Visualízate en el momento en el que tu trabajo está terminado y puesto ahí afuera.
¿Qué sientes? ¿Satisfacción? ¿Orgullo? ¿Terror? ¿Qué es eso que te aterra? ¿De dónde viene? Ya mataste a tu mayor críticx con un machete ¿A qué le tienes miedo entonces?
Identificar la raíz de ese miedo, el lugar en el que se siente - un hueco en el estómago, un nudo en la garganta… -, la voz con la que habla y cada detalle que encuentres, te ayudará a desglosarlo y así, ya no se ve tan aterrador ¿O sí?
3. Afirmaciones
Sí, ok, quizás te parezcan una bobada hippie, pero sígueme la corriente, no pierdes nada.
Busca un paquete de post its o unas hojas sueltas, lo que prefieras. Escribe con marcadores de colores, una letra bonita o como te salga.
Anota estas palabras tal cual, o adáptalas a un lenguaje que se sienta más cómodo para ti - Lo importante es que encapsules estas ideas de la misma manera que tu maestra te obligaba a hacer planas para entender que “debo hacer silencio durante la clase”.
Afirmaciones sugeridas:
“Soy una fuente abundante de magia creativa. Tengo en mí todo lo necesario para __(inserta tu proyecto creativo aquí, utiliza verbos en tiempo presente como “publicar”, “manifestar”, “completar”)___”
“Soy tan tremendamente poderosx como sospecho secretamente que lo soy, e incluso más”
“Los sentimientos incómodos y situaciones desconocidas no me asustan, porque lo desconocido no es nada al lado del terror a dejar perder mi potencial”.
“Mis fracasos solo son pasos necesarios para alcanzar la grandeza”
“No le tengo miedo al trabajo duro, no le tengo miedo a la disciplina, no le tengo miedo al descanso ni al placer de ser quien nací para ser” (estas se las saqué a @yumisakugawa)
“Me comprometo conmigo y mi talento a ser el artista que sé que puedo ser”
“Merezco ser el artista que realmente soy, merezco vivir de mi arte, producir un trabajo que me satisfaga y obtener reconocimiento por ello”.
Anótalas, adáptalas a tu situación personal, cuélgalas ahí donde las puedas ver y recítalas una y otra vez hasta que se sientan más reales que cualquier bloqueo creativo.
Repite este proceso cada vez que sea necesario y si te sirve, cuéntame más en los comentarios.